La tormenta había pasado comenzaba a salir los rayos de sol sobre la ciudad, me desperté entre los brazos de Darren. Me giré hacia él, observándolo dormir aún. El único momento que se veía calmado, sin esa mochila que tanto peso le daba a su vida. Toqué con un dedo su mejilla izquierda, la barba rasurada se sentía áspera a mi contacto sobre su piel. Empezaban mis días libres, podía pasar con Darren en esta casa. Habíamos conseguido un colchón de dos plazas. La casa no tenía muchos muebles, la mayoría fueron vendidos por papá y mudarse al tráiler. Yo solo le pedí que no venda nada más, obedeció. Me acomode en la cama, contemplando al chico por más tiempo hasta que me incorporé y tomé mi ropa comenzando a vestirme. Tuvimos sexo de nuevo, en lo que sería la habitación de mis padres, ahora ya no. Sentí un suave ronquido de Darren, estaba muy cansado. Lo dejaría dormir.Afuera, en la esquina había un nuevo negocio. Era una pequeña cafetería de barrio. Bajé del primer piso, caminando hacia
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