— ¿Puedes conocer a Michelle? —, preguntó Miranda con cierta inseguridad; sentía que tenía el derecho a pedir aquel pequeño acto, pero temía recibir otra negativa, después de todo, aún no cumplían un año, estaban a punto, pero aún no.Octubre pasaba rápido y diciembre no veía el momento de saltarse a noviembre; pronto sería enero y, por fin, Miranda y Michelle habrían cumplido un año de relación; su tiempo mínimo aceptable, se habría cumplido. Pero, mientras tanto, octubre les regalaría unas cuantas negativas y, tal vez, algunas frustraciones.— No, Miranda; ya lo hemos hablado.La dureza de Joseph y, ciertamente, la determinación no solo molestaba a la castaña, sino que incomodaba a su esposa; él había hecho una promesa tiempo atrás, había prometido ser algo más flexible y, hasta aquel momento, no lo había cumplido, ¿por qué? ¿Qué había detrás de una promesa rota, además de almas frágiles? Porque así es, un alma que decide romper promesas, no es un alma rígida o dura, sino una frágil
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