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Todos los capítulos de Recuperando a mi difunta esposa: Capítulo 31 - Capítulo 40
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Es ella
Con el cabello renegrido volando sobre sus hombros, Magnolia corrió - Nina, te extrañé demasiado estos días – Mauricio susurró a centímetros de sus labios- Espera… estábamos hablando de algo importante – colocó ambas manos contra su pecho, empujando con suavidadAllí estaba de nuevo ese rechazo que Mauricio despertaba en ella, como si fuera algo natural.En cuanto él se acercaba tan solo un poco, ella se ponía nerviosa- Nina, déjame intentarlo – colocó una mano sobre la mejilla de ella, y con la yema de su pulgar, acarició sus labios- In… intentar… ¿Qué? – tragó saliva con dificultad- Déjame convencerte de que puede haber más que solo gratitud entre nosotrosNo sabía que podía o no haber entre ellos, pero después de haber dudado de él en el hospital… ahora sentía culpa…No podía negar que él jamás le había pedido algo así, ni que siempre la había respetado… Solía insistir en casarse con ella, sí, pero siempre fue franco con elloNina cerró los ojos con fuerza, con los labios liger
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Cómplice
- Debiste avisarme que eras tú – Mauricio se masajeaba la nuca, adolorido- No habría sido tan convincente- ¿Qué pasa ahora, Julieta? – bebió con tranquilidad de la botella de agua que ella le pasó- ¿De verdad preguntas? - Por supuesto, no entiendo que se te cruzó por la cabeza para tocar a mi mujer- ¿Tu mujer? – rio con ironía, de una manera que preocupó a MauricioSe limitó a mirarla, tratando de analizar a esa mujerSabía, por experiencia, que cuánto más tranquila parecía Julieta, peor era la tormenta que se gestaba en su interior- ¿Aún te refieres a la mujer de Salvador como tuya?- Okay… - se puso de pie – veo que no estás en tus cabales hoy y no planeo discutir… solo dame a Nina para irme de aquí - Lo sé todo Mauricio – se cruzó de piernas, resaltando de manera sensual la curva de sus muslosEl vestido era tan corto y pegado a su cuerpo, que si Julieta se movía un centímetro de más, toda su intimidad quedaría expuestaMauricio la miró con el ceño fruncido- ¿Por qué me mira
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Rendida
Luego de lograr desatar las manos de Magnolia, Nina sentía que todas sus energías fueron drenadasEstaba agotada- Listo, mamá – la pequeña desató las manos de NinaAún no tenía ni idea de cómo salir de allí, pero sentir que podía mover sus manos era un alivio- ¿Estás bien, mamá?- Magnolia - quería poner un límite entre ellas, pero ante la mirada de la niña, el corazón se le hacía un bollito – cariño, puedes llamarme por mi nombreLa expresión de la niña decayó- Tú tienes una mamá, no sería justo que me llames a mí de esa manera – agregó, tratando de suavizar su tono lo más posibleMagnolia asintió, claramente decaída- Magnolia – Nina se agachó para estar a la altura de la pequeña al hablar – me siento alagada cuando me llamas “mamá” pero es algo que debes pensar bienSecando una lágrima de su mejilla, la niña asintió de nuevo- Sabes… tengo una hija de tu edad – susurró – pero no la veo desde hace muchos añosAunque intentaba aceptar lo que Mauricio le había explicado sobre la pé
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Recuerdos
- Todos en posición – confirmó JoaquínMarcos asintió: - ¿Tenemos visión?- Aún no – el técnico transpiraba, nunca antes estuvo tan nervioso como en ese momentoNi él, ni Joaquín, ni Marcos… porque esa era la primera vez que el General Domoniccie estaba completamente fuera de sí- ¡¿Cómo es posible que lleves una hora con eso?! – la culpa por perder a Magnolia, agregaba una cuota extra de tensión sobre Marcos, que en lugar de organizar el operativo para encontrar a la niña y a su madre, decidió poner en marcha medidas desesperadas: convocó a todo el equipo de manera urgente y apartó a Salvador de su posiciónEn un abrir y cerrar de ojos, el cuarto de seguridad y vigilancia del hotel era un puesto operativo del equipo militar más prestigioso de la nación- Todo el sistema de vigilancia del hotel ha caído – se excusó el técnico- Rastrea cualquier línea telefónica e intervenla – la helada voz de Salvador estremeció a todosSalvador mantenía la cabeza gacha y los hombros caídosTodos asin
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"Ella jamás será Eva"
Nina se despertó con los ojos húmedosEstaba en un cuarto de hospital y apenas se incorporó en la cama, distinguió a Salvador recostado en el sillón a su lado“Salvador…” pensó y su sangre hirvióHabía recordado parte de lo que esa mujer le hizo antes de su accidente y con eso, lo recordó a élAl verdadero Salvador Domoniccie, el mismo que había conocido EvaUna risita amarga se escapó de sus labios, llamando la atención del hombre¿Cómo pudo dudar de todo lo que decían de él? - ¿Cómo te sientes? – le preguntó- Pareces preocupado – sonrióSalvador arrugó la frente- Nunca había escuchado tantos rumores sobre una misma persona – reflexionó Nina en voz alta – la gente siempre habla… Cuando la gente habla sobre otros, rara vez saben la verdad detrás de lo que dicen y eso lleva a que, de boca en boca, algunas cosas cambien… Sin embargo, de Salvador Domoniccie, todos decían lo mismoDebió darse cuenta desde el principio de que si, alguien dice algo una vez, puede ser falso, pero cuando
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"Ni una sola palabra"
Luego de un par de días, Nina comenzó a sentirse pesadaNo le disgustaba estar en cama, pero comenzaba a costarle - Llevas solo dos días de reposo – Daniela la miraba fastidiada, con los brazos cruzados debajo de su busto- Siento que mi cuerpo se pudre Dani- Cuando llevas mucho tiempo en cama puedes sentir que tus músculos se entumecen y debilitan… pero no que se pudran- Lo digo en serio Dani… - insistió - ¡Mira! ¡Mi pierna se ve amarilla!Frunciendo los labios, Daniela tiró de la cortina amarilla hacia un costado para abrirla por completo, permitiendo que la luz natural llenara la habitación- Oh… Jeje, je… – Nina se rio avergonzada – No puedes culparme… ya hasta olvidé la luz del solSe recostó mirando hacia la ventana como quien contempla un oasis en medio del desierto- No vas a conseguir con esa mirada de perro mojada que pones – Daniela comenzó a entrar rollos de tela a la habitación – tienes que hacer reposo, mirando hacia afuera solo te torturas a ti misma- Dani, solo fue
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Eva
La noche cayó y Magnolia se durmió sobre su faldaNina acariciaba el cabello de la pequeña con angustia en su pecho- ¿Qué tendrá tan ocupado a Mauricio? – preguntó Daniela checando la hora en la pantalla de su teléfono- ¿Por qué no vas a buscarlo?- ¿Yo? ¿Andar por ahí, dando vueltas por la mansión Domoniccie? – preguntó con ironía – Ni loca- ¿Por qué no? Si tú te has puesto de acuerdo con él para mantenerme encerrada aquí- Nina, ven conmigo, acompáñame a encontrarlo - No puedo salir de aquí – se encogió de hombrosDaniela miró a Magnolia, que echa un bollito de esa manera, trasmitía… soledad- Ser la hija del General Domoniccie no debe ser fácil- Dani… Recordé algo…- ¿Recordaste algo más sobre esa tal Julieta?- Y más sobre Salvador… - susurró- ¿Conocías al General desde antes? Bueno… no debería sorprenderme, si conocías a Julieta ya habíamos pensado que conocías a Mauricio… y si lo conocías a él, de seguro también a todos los Domoniccie- Pero creo… que no es como imaginábamo
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Eva (2)
Mauricio estaba ocupado con asuntos del hospital en el estudio de su abueloDesde lo del hotel, se activó el protocolo para proteger a los integrantes de la familia Domoniccie y Nina, como prometida de Mauricio, también sería aislada en la mansión junto a ellosLe costó encontrar la manera de separarla de Mauricio una vez allí, pero se las arregló para enviar una orden a su gente más cercana: causar problemas en el hospital de su primo Y así se las arregló para mantenerlo ocupado Por otro lado, Daniela tenía a Magnolia y Marcos haría guardia en la puerta de esa habitación para que nadie más pudiera entrarEstaban solos… y estarían solos un buen rato másSalvador sabía que no había mucho que pudiera decir para convencerla de que las cosas no eran de la manera en que Nina parecía recordarlas, porque por mucho que le costara admitirlo, eran asíÉl la había lastimado tan profundamente, que Eva lo había borrado de su memoria por completoSalvador respiró profundo, pocas veces en su vida
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Placer (+18)
Envolviendo ambas manos detrás de su cuello, Nina lo besóAnimado por ese beso, Salvador le quitó la remera y desprendió sus jeans con un solo movimientoNina, que conocía la firmeza del torso de ese hombre y la fuerza de sus brazos, estaba desesperada por su calor, con los pechos tensos y los pezones tan duros que, siendo tan sensibles, dolían al rozar la misma tela de su corpiño Colando las manos por entre sus cuerpos, Nina buscó los bordes de la camiseta de Salvador y tiró hacia arribaÉl se estremeció cuando la calidez de las manos de Nina toco su piel, al mismo tiempo que una ráfaga de aire frío los alcanzó Había un hormigueo en sus vientres, que pedía másY luego de tantas previas, los dos tenían urgenciaLa bajó con delicadeza para ella pudiera ambos pies en el piso para quitarle el pantalón y se agachó con una rodilla en el sueloDespués de quitarle las bragas, desde allí abajo, Salvador la miró con los ojos llenos de lujuriaNina sintió que su rostro hervíaEra demasiado ing
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"Quiero todo"
Recostada sobre el pecho de Salvador, Nina respiró hondo y echó un último vistazo a ese hombre antes de levantarse despacio, para no despertarloSalvador no tenía buen sueño, era un milagro que hubiera aguantado en la misma cama con ella más de una hora, luego de terminar sus "asuntos"Ella siempre creyó que tenía que ver con el estrés constante con el que ese hombre vivía. Él nunca le dio ninguna explicación, pero en los escasos encuentros con las esposas de otros militares del equipo del General, el insomnio, las pesadillas e incluso ciertos episodios violentos entre sueños, eran, aparentemente, comunes en ellosLevantando su ropa del suelo, checó la hora en su teléfono Se sobresaltó cuando sintió la respiración del hombre en su cuello- Vuelve a la cama – le susurró, abrazándola contra su cuerpo- No - ¿Quieres que te lleve? - General Domoniccie…- Salvador – la interrumpió – no tienes que llamarme General, me gusta que me llames por mi nombre- Cinco años atrás, me habrías golp
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