Devin BeckerNew YorkCuando los labios de Hanna, se posaron en los míos, me sentí en la gloria, era el beso más tierno que había recibido en mucho tiempo, la amaba y sabía que ella me amaba de la misma forma, de lo contrario no creo que estuviera aquí. No me gustaría que se fuera, pero tiene que ir a descansar, ya ahora que entre mi mamá, Hanna, tiene que irse a dormir a nuestra casa.Terminamos el dulce beso y Hanna, se aferraba a mí, eran de las pocas veces que me había sentido así, yo tampoco quería que se fuera, me daba miedo que me fuera a dar otra crisis y volvieran a ponerme esos aparatos, pero tampoco quería que ella se empezara a sentir mal por todo el tiempo que había pasado sin dormir.–Me tengo que ir, Devin, para que pueda entrar Levina a verte, no la quiero preocupar demás.Mi madre, era una mujer muy dura, pero tratándose de sus hijos, podía mover cielo y tierra para estar con ellos, era una madre muy protectora, aunque todos creyeran que era una tirana, tenía un coraz
Leer más