Inicio / Adolescente / No Juzgues La Portada / Capítulo 31 - Capítulo 40
Todos los capítulos de No Juzgues La Portada: Capítulo 31 - Capítulo 40
66 chapters
Capítulo 31 . ¡QUE RESPONDA, QUE RESPONDA!
La profesora Olga pasó despertándonos a las seis de la mañana y todas nos quejamos por lo temprano que era. Nos vestimos con pesadez después de largos turnos en el único baño de la habitación.—Ehm... Amelia, te buscan—dijo Desiré en cuanto abrió la puerta del cuarto.Rámses estaba recostado de la pared del frente con dos cafés en sus manos. Hoy era nuestro primer paseo, así que llevaba puesto unos pantalones de vestir negro con una camisa blanca. Una de sus mangas estaba recogida hasta sus codos, la otra no. Su cabello caía despreocupadamente sobre su frente. Salí para darle los buenos días, quité su cabello solo por querer tocarlo y sentirlo cerca y fue cuando él advirtió mi atuendo. Yo llevaba un vestido azul marino bastante ceñido con escote corazón. Él miró mi escote sin ningún pudor y luego con un movimiento de su cabeza, me pidió que me diera vuelta para verme completa. Lo hice y me sonrojé por su mirada tan cargada de libido pero me besó antes de que huyese de su mirada.Me te
Leer más
Capítulo 32 . ¡Qué pasó ayer?
Mis abuelos seguían en Portland, el clima mejoró pero mi abuela cayó enferma con una fuerte gripe y sin embargo, a pesar de su malestar viajarían de acuerdo a lo planeado. Llegarían a casa el sábado. El señor Fernando les ofreció el cuarto de huéspedes cuando ellos mencionaron que llegarían a un hotel porque no llegarían a la misma casa que Stuart. El señor Fernando no aceptó un no por respuesta y podía ser muy testarudo cuando quería, así que mis abuelos aceptaron sin tener más opción.Fue una semana muy agotadora. el viaje nos dejó a todos sin energía y de igual forma tuvimos que asistir a clases, hacer las tareas, presentar los exámenes, en fin, la vida siguió su rumbo normal a pesar de nuestro cansancio.No sé qué clase de relación existía entre Gabriel y Marypaz, pero después del viaje volvieron a actuar como desconocidos y eso cargaba de un humor de perro rabioso a Gabriel.—¡Anda por favor!—me insistía Marypaz por teléfono.—No lo sé, he tenido tantas malas experiencias con ese
Leer más
Capítulo 33 . SOMETIDO A TU CONSIDERACIÓN.
Eventualmente logré calmarme. Rámses no se me acercó en ningún momento y eso me dolía aún más. Ambos nos teníamos reservas, ambos estábamos lastimados.Nos miramos sin saber que hacer a continuación pero el dilema fue resuelto cuando Gabriel tocó la puerta y entró. Su cara me sorprendió y miré a Rámses buscando una explicación, pero él solo mantuvo su mirada sobre su hermano, luciendo impasible e inescrutable.Gabriel tenía la ceja, la nariz y la boca partida, fue solo en ese momento que vi que Rámses también llevaba rastros de pelea, una más reciente que la que presencié en la casa. Su ojo y su boca estaban hinchados y un cardenal comenzaba a aparecer en uno de sus pómulos. Quizás era la blancura de la piel de Gabriel lo que hizo que se notase más rápido los golpes o el bronceado de Rámses el que lo disimuló. O quizás fui yo, la que lo notó primero en Gabriel que en Rámses. Aparté ese pensamiento de mi cabeza y todo lo que podía implicar.Gabriel le entregó su prueba a Rámses luciend
Leer más
Capítulo 34. ESTO SERÁ RÁPIDO
La primera noche sin dormir al lado de Rámses fue bastante difícil. Fiel a la presencia de invitados en la casa, es decir mis abuelos, dormimos en habitaciones separadas. Pensé que Rámses gatearía hasta el cuarto, como hizo durante el viaje, pero no fue así. Lo esperé incluso dormida, despertándome con el más mínimo ruido pensando que era él, pero no llegó nunca a hacerme compañía.Estuvimos hablando hasta tarde en la noche, revelándonos secretos, creí que se quedaría, pero él se levantó de la cama y despidiéndose salió del cuarto. Ni siquiera un beso nos dimos. Eso me reabrió la herida de mi corazón. Creo que pasará mucho tiempo hasta que Rámses pueda realmente perdonarme y olvidar lo ocurrido entre su hermano y yo.Temprano esa mañana, en su primer día de estadía, mis abuelos acudieron a hablar con mi mamá y cuando regresaron lo hicieron cargados con las bolsas de la comida que querían preparar, no dejaron espacio ni tiempo para contarme que fue lo que hablaron, solo afirmaron que t
Leer más
Capítulo 35 . TE DIRÉ TODO
Marypaz le contó a Gabriel lo ocurrido y él se encontraba lidiando con su dolor de la forma que podía. Lo vi atragantarse de bizcochos y luego ejercitarse como si el mundo se fuese a acabar. Lo vi de mal humor, taciturno, callado, molesto y nostálgico, en cuestión de minutos. Lo vi tumbarse en silencio en su cama sin querer hablar con nadie y también lo vi no queriendo estar solo. Su papá y Rámses conversaban con él, pero le daban el espacio que el portugués decía necesitar. Pero como siempre Gabriel era una persona en la casa, y otra muy distinta fuera de ella.Por otro lado, el comportamiento de Marypaz cada vez más desenfrenado me hacía sentir incómoda en algunos momentos, sobre todo cuando hablaba como si estuviese en alguna competencia con alguien para ver quien besaba a más chicos o peor, quien se acostaba con más. Y sospechaba que su competencia era el mismísimo espejo, ese reflejo pasado de ella al que me di cuenta que rehuía e incluso odiaba. Lo único bueno es que comportamie
Leer más
Capítulo 36 .NO QUIERES QUE TE RECUERDE POR QUÉ ME LLAMAS MELOCOTONCITO
Mi teléfono comenzó a sonar a poco antes de las siete de la mañana y apresuradamente atendí.—Bonjour Bombón- Buenos días bombón, no sé qué hora es allá, pero estoy muy seguro de que te desperté.—No importa. Me encanta despertarme con tus buenos días. ¿Vas camino a encontrarte con Hayden?.—Así es. Estoy tan ansioso que desperté una hora antes de lo planeado, pero descansé lo suficiente. ¿Y tú?.—Bueno también dormí muy bien en realidad. Estaba agotada cuando por fin me acosté—dudé en contarle todo lo que hablé con Gabriel porque recordé sus palabras, podría arruinarle el viaje, la experiencia y la entrevista a Rámses. Le contaría de regreso—, de seguro no podrás hablar durante las rondas, pero ¿me escribirás cuando puedas?.—Eso ni siquiera se pregunta bombón. Pensaré en ti en todo momento.—Bien, y asegúrate de decir que tienes novia a todas las aspirantes a doctoras que se te acerquen.Rámses rio y su sonrisa me calentó el cuerpo de alegría.—Lo haré.—¿No me dirás que haga lo mis
Leer más
Capítulo 37. LA VENGANZA DEL BESO
Nuestro vuelo llevaba más de cinco horas de retraso y no teníamos idea de cuando saldríamos. Tanto tiempo sin nada que hacer solo nos hizo poner creativos con la forma de matar el tiempo. Comenzamos jugando a veinte preguntas, y terminamos de alguna forma aquí: sentados en el frío piso del aeropuerto.—¿Por qué Rámses y no yo?, porque te juro que cuando te conocí pensé que yo te gustaba, pero después todo era corazones con Rámses. ¿Qué te hizo cambiar de opinión?—Empiezo a arrepentirme de todo esto de absoluta sinceridad.—No puedes arrepentirte sin responder. Además, es la mejor forma para que nos volvamos mejores amigos y me recluyas en esa zona para siempre—A veces eres demasiado dramático—respondí mientras cambiaba de posición, mi trasero adolorido llevaba demasiado tiempo en el frío piso.— Si, al principio me gustabas, pero también le gustabas muchísimo a Pacita y mostraste más interés por ella, así que le dejé el camino libre.Él se reincorporó con rapidez.—¿Cuándo notaste mi
Leer más
Capítulo 38. El Reencuentro
Me coloqué unos pantalones cortos de jeans y una blusa holgada que dejaba descubierto mis hombros, sabía que a Rámses adoraba ese atuendo, ¿o debería decir que lo odiaba?. En la salida de pasajeros esperaba su llegada junto con el señor Fernando y Gabriel, muriendo de ansiedad. Sabía que no vendría solo, así que esperaba poder contenerme de no llorar como loca cuando lo viese, pero cuando por fin apareció por entre la gente lo ví más atractivo y sexy que nunca. Llevaba puesta una camiseta gris ceñida, con sus brazos y el tatuaje de enredadera al descubierto, su cabello despeinado, sus piercings brillando en su rostro y con un bolso deportivo sobre sus hombros. A diferencia de nosotros que acudimos formales a nuestra entrevista, él debía ir con la ropa más cómoda que pudiese, de allí que llevase un bolso deportivo por equipaje y no las típicas valijas con rueditas con las que Gabriel y yo viajamos. Al lado de él una joven rubia agitaba su brazo hacía Gabriel y el señor Hayden, un hom
Leer más
Capítulo 39. DIFERENCIAS IRRECONCILIABLES
Me quejé cuando Rámses insistió por tercera vez que era hora de levantarme. No sé cómo hacía para haberse mantenido despierto hasta tan tarde y despertarse tan fresco en la mañana, mientras yo seguía tan cansada y... adolorida, gratamente adolorida.Rámses cumplió su promesa y me subió cargada hasta el cuarto, pero no bien entramos me estrelló contra la misma puerta besándome con desesperación. Se deshizo de la blusa y mi sostén, antes de posarme en la cama y solo cuando dio por cumplida su promesa me permitió soltarlo solo para desnudarnos con rapidez. Me reía por su desespero porque actuaba torpe. Su pie se enredó en el pantalón cuando no se quitó el zapato primero, y cuando lanzó mi short por la habitación terminó casi tumbando la lámpara de noche, y si no hubiese sido porque cayó en una de nuestras prendas hubiese despertado a toda la casa. Reíamos como tontos sin parar de besarnos.Hicimos el amor con rapidez, queriendo calmar nuestras necesidades con gran urgencia. Pero mientras
Leer más
Capítulo 40. GATEADA EQUIVOCADA.
El jueves llegó en un pestañeó y por primera vez en la semana – y en mucho tiempo– me levanté temprano, ayudó por supuesto que fue Gabriel quien entró a la habitación y amenazó con darme un beso si no me despertaba. Rámses le lanzó un manotazo que el esquivó con agilidad, pero funcionó. Me desperté. Así que para cuando salimos de la casa ni Susana o Hayden habían bajado a desayunar.Me sentí agobiada con los profesores recordándonos a cada rato que debíamos presentar las solicitudes a las universidades, y enviando más tareas, trabajos y asignaciones de la que podíamos hacer. Entre los hermanos y yo a duras penas alcanzábamos para preparar todo, más de una noche nos habíamos quedado hasta tarde haciendo las tareas.Todos los estudiantes del último año lucían angustiados y estresados, y yo trataba de mantenerme al margen, para no tener que dar explicaciones de mi situación universitaria. Mis abuelos estuvieron felices de que mi mamá me hubiese firmado todos los documentos, según me cont
Leer más