CAPÍTULO 66. UNA DECISIÓN INESPERADA
Sicilia, Italia.Sabina lanzó el móvil hacia su cama, su rostro estaba completamente empapado por la gruesa capa de lágrimas.—Te odio —expresó con profundo sentimiento al recordar las palabras en tono de burla de su prima.«Me consuela saber que tienes razón y por eso estás como la esposa de Rinaldi, pero no te preocupes que no me interesa tu viejito. —Carcajeó—, quedatelo para ti solita, disfruta de sus noches de pasión. Espero que tengas un vaso con agua cerca de la mesa de noche para que coloque su dentadura postiza ahí por las noches. —Volvió a burlarse—. Te deseo toda la felicidad del mundo… primita».—No puedes ser feliz, mientras yo me muero de infelicidad y asco, a lado de este hombre —estalló en llanto—, tienes que sufrir tanto o más que yo —auguró—. No puedes ser mejor que yo. —Colocó ambas manos en su abultado vientre—, parezco una ballena, no es justo que este hombre me haya preñado, no es justo que sea su esclava, esto estaba designado para ti, maldita. —Se recostó sobr
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