Capitulo 29. Las estrellas
Volvió el beso más profundo; y con aquella misma pasión, tomó a la rubia de las caderas elevándola unos centímetros del suelo. Con aquella cintura estrecha en sus manos, caminó hasta una pila de pienso, acomodados específicamente a lo largo. Allí mismo la acostó, mientras que él se acomodaba perfectamente entre sus muslos.Acaricio el cuello de la rubia con delicadez, y con esa misma mano, descendió hasta la curvatura de sus senos… al sentir la suavidad de ellos, sintió que su corazón revoloteaba. Seguidamente, Tom beso los labios de Rouse con ferocidad.Y con la misma, busco el borde del vestido de Rouse, y al encontrarlo, comenzó a subirlo hasta conseguir sentir la piel de su pantorrilla. No llevaba medias, lo único que percibió fue las enaguas. Lentamente, ascendió con la mano, hasta alcanzar el orillo de la misma.Y justo en ese momento, la rubia posiciona la mano sobre la de él para detenerlo… Tom levanta la mirada y se fija que ella lo estaba lo observando.—¿Qué intenta consegu
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