La luz del sol se ve opacada por enormes nubes grises y sin previo aviso se suelta una terrible lluvia seguida de truenos, nadie entiende que está ocurriendo, pero eso no nos va a detener, así que, sin dejarnos intimidar, seguimos con nuestro paso firme y decidido, sé que Donna se muere de miedo, pero no lo demuestra, me gusta verla firme y que nada la hace retroceder. Tomamos nuestras posiciones, del lado del enemigo se escucha un fuerte estruendo para luego ellos empezar a avanzar, nuestro cuerno de guerra también suena y avanzamos, pero no para atacar, sino para detener a nuestros enemigos y arremeter contra ellos. Los acechadores chocan contra nuestra primera línea de defensa, luego nosotros atacamos como una gran ola, arrasando con todos ellos, entre los agitados encuentros puedo ver a Donna detrás de mí protegiendo mi espalda, lanzando hechizos a distancia e invocando conjuros de protección, dándonos una clara ventaja a los que estamos cerca. A paso lento, pero firme, avanzamo
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