DASHIEL Mi polla está tan dura como una roca, cuando despierto, me encuentro abrazando a Glyndon, huele demasiado bien, mis brazos rodean su firme y plano vientre, al tiempo que mi polla golpea sus nalgas, por un segundo me imagino cómo será meterle la polla, soy demasiado grande y ella se ve tan pequeña, pero mantengo esas ideas fijas solo para mí, anoche me pegó un buen susto cuando gritó. Al verla, noté que en su mirada había un destello de terror completo, uno que sin duda, me había paralizado por un minuto, su mirada estaba tan perdida, tan fija en algo invisible, las lágrimas rodaban por sus mejillas y la barbilla le temblaba, se estaba mordiendo el labio inferior con tanta fuerza, que estoy seguro de que no se había dado cuenta de ello. La sangre llamó mi atención. Por más que le llamé para que despertara, por más que hice para que ella reaccionara y saliera de aquel mundo que la atraía como imán, nada funcionó, ella seguía estando en ese estado catatónico. Pierdo la cabez
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