Las luces de los reflectores apuntaban directamente al muy elaborado escenario en donde las muchas y hermosas modelos, modelaban lo mejor y mas reciente de la moda de los mas afamados diseñadores.Omara lucia hermosa, y tal y como era de esperarse, su ego, estaba inflado hasta lo más alto del cielo.Siempre había sido una mujer hermosa, y desde luego, aquello era algo que desde siempre había notado. La belleza era sin duda la mejor arma que tenía una mujer, aquella era su creencia, y bajo ese concepto, había obtenido absolutamente todo lo que deseaba tener en la vida. Su inigualable hermosura, la había hecho pasar por diferentes amantes que siempre estaban enteramente dispuestos a complacerla en cada capricho que tuviese.Miraba a su presa mas reciente, ese solitario muchacho que había caído como un tonto directamente a sus pies, y que ahora hacia alarde de tenerla como novia. Sebastián Urrutia, era sin duda un pobre ingenuo que tan solo iba a servirle a su propósito.Miraba tambien a
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