Amaia Domínguez GarcíaLeón, Guanajuato, MéxicoAxel me estaba despertando con besos en la mañana que me volvían totalmente loca, lo amaba con todo mi corazón y mi ser. Pensé que nos íbamos a dar el tiempo para un mañanero, pero al verlo a él, ya vestido y arreglado y muy guapo, me di cuenta de que ya estaba listo para que nos fuéramos de viaje, lo que me hizo que despertara por completo.–Buenos días, mi hermosa mujer – Axel me miraba con ojos de amor – Te amo, Amaia. Tienes que despertar preciosa, apenas tenemos tiempo para que desayunemos antes de irnos.Este hombre era una dulzura, todo lo que había soñado en una pareja, era tan atento, ya estaba listo y tenía ya el desayuno preparado, estaba arreglado, solo faltaba que yo estuviera lista, lo que iba a hacer, me cambiaría de ropa y poner guapa para él, yo era la que debería estar ya atendiéndolo a él, más Axel era el que me atendía como a una reina.–Buenos días, mi rey. Gracias, Axel. Te amo mucho – Le dije y se lo repetiría siem
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