Amaia Domínguez GarcíaLeón, Guanajuato, MéxicoAxel me estaba despertando con besos en la mañana que me volvían totalmente loca, lo amaba con todo mi corazón y mi ser. Pensé que nos íbamos a dar el tiempo para un mañanero, pero al verlo a él, ya vestido y arreglado y muy guapo, me di cuenta de que ya estaba listo para que nos fuéramos de viaje, lo que me hizo que despertara por completo.–Buenos días, mi hermosa mujer – Axel me miraba con ojos de amor – Te amo, Amaia. Tienes que despertar preciosa, apenas tenemos tiempo para que desayunemos antes de irnos.Este hombre era una dulzura, todo lo que había soñado en una pareja, era tan atento, ya estaba listo y tenía ya el desayuno preparado, estaba arreglado, solo faltaba que yo estuviera lista, lo que iba a hacer, me cambiaría de ropa y poner guapa para él, yo era la que debería estar ya atendiéndolo a él, más Axel era el que me atendía como a una reina.–Buenos días, mi rey. Gracias, Axel. Te amo mucho – Le dije y se lo repetiría siem
Amaia Domínguez GarcíaLeón, Guanajuato, MéxicoSabía lo puntual que era Axel, y no le gustaba que se le estuviera demorando en lo que planeara, era un problema con el que teníamos que lidiar con él, creo que era demasiado intolerante con eso de los horarios, debía ser más flexible.–Hola, güera – Axel la fulminó con la mirada – Sabes que aborrezco la impuntualidad en cualquiera de sus modalidades, tu chico tiene 5 minutos para llegar o de lo contrario, nos iremos sin él. No sé si te diste cuenta de que el chofer ya nos espera abajo.La güera se quedó callada y me daba miedo eso de parte de ella. Axel estaba enojado y yo, lo besé y lo abracé un poco queriendo tranquilizarlo, porque él es así amante de la puntualidad y el que no llegara Cris, solo iba a desatar que se volviera loco de coraje y yo no quería que empezara mal el viaje. Estuve haciendo un poco de tiempo para que Axel, no viera tanto el reloj, pero fue inútil.–Lo siento, han pasado los cinco minutos. Nos vamos – Declaró Ax
Axel Vega LazcanoPuebla, MéxicoLa güera me iba diciendo hasta de lo que me iba a morir en todo el camino a Puebla, que fueron poco más de 5 horas, claro que no todo ese tiempo le presté atención. En ratos, me arrullé con Amaia hasta que me quedé dormido por completo con ella y fue la misma güera, la que se encargó de despertarnos cuando nos encontrábamos ya, afuera del hotel que reservamos.–Axel, despierta y hazlo ya – La güera me movió bruscamente – Ya estamos afuera del Hotel Cartesiano, dame la reservación por favor.La güera seguía enojada, ella sabía muy bien como era yo, porque a mí la ley del cuarto nunca me ha interesado, yo soy responsable de mi tiempo y la puntualidad es muy importante, para todo en la vida, y si su novio llegó tarde, pues las consecuencias fueron el haberse quedado allá.– ¿En serio, ya llegamos? – Pregunté muy adormilado todavía – Toma la hoja de la reservación y adelántate por favor. Yo voy a despertar a mi amada Amaia.Me tocaba despertar a mi precios
Axel Vega LazcanoPuebla, MéxicoEl botones bajó el equipaje y yo tomé de la mano a Amaia para irnos a instalar a nuestra habitación de súper lujo que yo estaba seguro de que le iba a encantar, llegando ahí le di una propina generosa al botones y abrí la puerta de la habitación.–Cariño, ya estamos en nuestra habitación – La besé dulcemente – Te amo, Amaia. Espero que te guste mucho, esto que elegí pensando en ti.Esperé a ver cuáles eran sus impresiones del lugar y no me había equivocado, sus ojos eran de asombro, con esto me daba cuenta de que le había encantado el lugar, parecía una niña con un nuevo obsequio, no podía creer lo que estaba viendo, era la mejor habitación del hotel, para ella yo siempre tendría lo mejor.–Mi amor, esto es maravilloso – Amaia se tapó la cara – Me encanta todo lo que has hecho por mí, está divina la recámara y tiene un balcón.Caminó hacía el balcón y la seguí, estaba más que encantada, esas eran las reacciones que me llenaban de vida, el tenerla así d
Amaia Domínguez GarcíaPuebla, MéxicoEstaba impresionada gratamente con las hermosas vistas del hotel y más porque ya había llegado la noche, Axel me tomó de la cintura y salimos al balcón para ver las estrellas y deleitarnos con ese espectáculo hermoso. Me sentía feliz, siendo abrazada por la espalda por mi amado Axel y relajándome por completo pegada a él.–Axel, mi amor me duele mucho ver tan triste a la güera – Le dije – Es que, siento que ella quisiera compartir este viaje en pareja, tal y como ahora lo estamos haciendo nosotros dos.Nuestra amiga estaba sufriendo porque no tenía con ella al hombre de su vida, y solo porque Axel se puso en su plan de la puntualidad, si nos veníamos de vacaciones, era para que estuviera más relajado, si precisamente esa era la idea por la que estábamos tomándonos las vacaciones.–Sí, mi hermosa, Amaia. Sé que hice mal en no esperar a Cristóbal, pero ahora ya nada podemos hacer, solo esperar a que él llegue. Mejor déjame consentirte un rato, preci
Amaia Domínguez GarcíaPuebla, México–Amaia, mejor no vayamos a cenar – Axel me dijo poniéndome nerviosa – Ahora mismo, se me antoja hacer otra cosa contigo.Ya éramos dos los que queríamos eso, si había llegado Cris, que él y la güera estuvieran ahora haciendo lo mismo que nosotros íbamos a hacer, para que estuviéramos todos despejados del estrés que se había acumulado desde la mañana.–Hagamos lo que quieras, Axel. Yo tampoco quiero ir a cenar, sin antes haber sido tuya.–Sí, preciosa.Axel me besó tiernamente y me hizo ver el cielo, mientras que yo me desesperaba mientras nos frotábamos uno contra el otro aún con la ropa puesta, eso me desesperaba y me hacía sentir maravillas. Axel me separó un poco más las piernas con delicadeza y empezó a acariciar por fuera de mi humedad, eso se sentía demasiado bien y yo sentía que me volvía loca porque él me hiciera, lo que yo tanto estaba deseando que me hiciera.–Hazme el amor, Axel por favor – Le pedí con desesperación – Te amo, te necesit
Axel Vega LazcanoPueble, MéxicoEsa noche nos hallábamos ya muy cerca del hotel, después de salir a caminar, pero Cris y la güera eran de carrera larga y querían ir a un antro, algo que a Amaia y a mí no nos gustaba y mejor les sugerimos para estar integrados todos, que se comprara una botella de vino y botana y la tomáramos en la habitación de Amaia y mía, lo hice con el fin que ella pudiera descansar, la veía demasiado cansada todavía.–Axel, esta no es la forma correcta de venir a unas vacaciones, por favor, hay que salir de la rutina – Me dijo la güera – Por eso queríamos ir al antro, pero está bien. Por estar todos juntos, tomaremos aquí.La güera sabía que ni Amaia, ni yo éramos de estar tanto tiempo en un antro, por lo menos yo no me iba a aguantar toda la noche entre tanta gente y tanto ruido y aparte Amaia no había descansado lo suficiente como para salir esta noche, por lo menos les estaba ofreciendo una noche de celebración pero solo los 4.–Lo siento mucho, güera, todo es
Axel Vega LazcanoPuebla, México–Cris, disculpa a mi amigo que cuando está con su novia, hace de cuenta que están solos – La güera me evidenció – Es que cuando sepas la historia de ellos, te irás para atrás. Amaia es la hija menor del socio de Axel.La güera, como siempre, estaba cometiendo indiscreciones y eso no me gustaba. Por eso todo este asunto de salir en parejas, no había sido de mi agrado, pero ahora no se le podía hacer nada. Ya la güera la había regado, la fulminé con la mirada y le hice la señal, que saliéramos de la habitación. Yo no le iba a permitir que siguiera aflojando la lengua de cosas que ponían en peligro a Amaia y también a mí, me podían meter en problemas.–Cris, te dejo un poco con mi amiga Amaia – Dijo la güera – Yo tengo que hablar con Axel en privado, pero ustedes sigan tomando y platiquen.La güera había cometido una indiscreción y bien que lo sabía, a mí no me importaba si Cris era su novio, pero yo apenas lo estaba conociendo, no podía ella estar divulg