XXXI—Gracias, por estar acá. Vámonos ahora, seguro el que hayas llegado hasta mí, significa que todo se acabó, que Leo está arrestado, que todo… se acabó… —Noah notaba algo muy raro en Adam que no pronunciaba palabra. Parecía entonces que nada había acabado. Pero no entendía muy bien cómo había llegado él hasta ese sitio.—Noah, estoy acá porque él me citó. Esto acaba hoy, y solo un Adam tendrá que seguir nadando… —El muchacho de ojos verdes lo miró y le tomó las manos que tenía sudorosas. Le acarició luego el rostro y le dio un beso que fue bien recibido, pero seguía sin entender nada de lo que estaba pasando.—Adam, este no es el momento de jugar al héroe, ni de hacer de esta historia una telenovela… vamos a salir muy calmadamente por donde entraste, iremos corriendo a la policía, luego nos daremos una ducha larga, dormiremos una semana y nos reiremos como locos recordando esto en un año y, por favor… ni se te ocurra mencionar mis estúpidos escritos. Ahora, en este momento estoy co
Leer más