Narra Emily.—Me estas diciendo que eres un demonio, te dije demonio porque tu nombre suena como demonio, ¡Daimon! —Llevo mis manos a la boca. —¿Un demonio?—Si amor no te asustes—.—¿Como no me voy asustar?, si me acabas de decir que eres un demonio y yo estoy… enamorada de un demonio, Dios—. Me levanto y me doy la vuelta.—¿Es tan malo eso? —Me giro hacia él, puedo ver tristeza en su mirada.—No lo sé Daimon, no sé si sea malo—. Me siento nuevamente.—Entonces será mejor que me vaya, no te voy a obligar a nada mi amor—. camino hacia él, lo abrazo por detrás.—No quiero que te vayas Daimon, solo dame unos minutos para asimilar esto, sí—. Se gira y me abraza.—Te daré todo los minutos que necesites—. Sonrió nerviosa.—Dime que clase de demonio eres, no eres de los bárbaros o Lucifer, eso sería no sé como decirlo, ¡fatal! —Lo miró a los ojos.—¿Por qué sería fatal?—Pues por que a causa de ese Ángel la humanidad esta de esta forma—.—¿Y eso es por nuestra causa? —Pregunta.—No, creo q
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