Mientras Dante conducía alejándose de la casa de los Bernal, Angela estaba sentada a su lado en un completo silencio sepulcral. La miró por el rabillo del ojo, pero ella tenía la mirada clavada alfrente.Su llegada a casa de los Bernal había tenido el recibimiento esperado, pero bajo ningún concepto iba a sentirse rechazado o inferior solo porque la familia de Angela mirara a los Walker por encima del hombro, y mucho menos después de lo que los dos habían compartido en su piso.El se presnto en esa casa porque no quería imaginarla allí sola frente al resto de la familia en medio de una discusión. Y, además, el problema lo tenían con él.Aunque Angela lo destriparía por semejante analogía, ahora mismo se sentía como un príncipe azul alejándose a caballo con la damisela en a puros. Él tenía un coche, no un caballo, y ella era una mujer que había demostrado saber cuidar de sí misma. Además, su armadura tenía unas cuantas grietas generadas por su apellido, al menos en lo que respectaba a
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