SaharLos días comenzaron a pasar, el trabajo en el lugar era fuerte, pero lo adoraba porque estaba produciendo con mis manos. Sí, trabajo, al principio mi novio se negó, pero al final tuvo que ceder. Y debo decir, que ahora entendía la felicidad de mi familia al estar aquí, era libertad y pura pasión por lo que hacíamos.Me encantaban los caballos, así que Ro me permitió empaparme en todo lo que tenía que ver con ellos y ayudar en el establo. Al principio tuve que insistir para que me dejara, mas, lo logré al final. En cuanto a los horarios en que podía verlo, pues pocas veces lo veía salir de su despacho, tenía planes fijos para eso, a no ser que fuese por una necesidad, no los rompía. Los amigos siempre estaban asistiéndolo y los trabajadores de la finca eran muy leales a él. A veces me preguntaba cómo podía un guardaespaldas tener semejante sitio, debe ser un hijo ilegítimo. No es broma, esto es inmenso, hasta un lago tiene, los campos para cabalgar son enormes. Animales de varios
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