La visita de Sarah al principio removió muchos recuerdos y molestias, pero al transcurrir de las horas fue una agradable compañía, Ángel ya se sentía cómodo con su presencia, se aparta de Matías para compartir con los demás. Sarah se veía relajada y amable mientras conversaban, les contaba como fue su vida mientras estuvo trabajando para Max, no era sencillo, todo el tiempo debía andar con cuidado, si la apresaban no había forma de detener a Max en su plan, debía cuidarse mientras seguía en busca de más víctimas, no estaba orgullosa de lo que hacía, pero si eso mantenía a Max con la promesa de mantenerse alejado de Mateo, lo seguiría haciendo. —¿Y qué piensas hacer? ¿dónde vivirás? —pregunta Mateo llevándose una rebanada de pan tostado untado con manteca y dulce de leche. Todos lo miran asombrados de como disfrutaba de ese bocado, sus ojos brillaban de alegría, era notorio que se trataba de unos antojos en que Diego también lo veía con ganas. —¿Qué? esto es mío —Dice Mateo metiénd
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