El reencuentro con el verdugo sería una particularidad de compensación, pero sólo para Kisha así que bajó a su encuentro con la condición de que Raymond permaneciera en las alturas del tejado y así lo hizo, no sin antes reiterarle que bajaría si la veía en peligro, aunque difícilmente iba a estarlo. Con la chica inconsciente entre sus brazos, era incapaz de poder moverse. Su mente estaba puesta en la daga de plata que, como siempre, llevaba consigo, pero tomarla no iba a ser sencillo.-No te preocupes por ella, estará bien.-¿Tú lo hiciste? –Preguntó Luca entre dientes, Kisha afirmó con la cabeza. - ¿Me matarás ahora?-Te recuerdo que el verdugo aquí, eres tú. –Habló la vampiresa. –Aunque te resulte difícil de creer, nunca he asesinado a ningún humano, y te aseguro que muchos se lo merecían, pero tú, no haces parte de éstos últimos.-Haz lo que tengas que hacer. No necesito de tu misericordia.-Es cierto no la necesitas, porque ya las has ganado. –Dijo Kisha, inmutando las facciones d
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