Durmieron sobre la alfombra, Victoria fue la primera en despertarse, el hombre a su lado no da señales de vida, si no viera su pecho subir y bajar con cada respiración estaría llamando a la línea de emergencia. Estaba bastante claro a través de la ventana, quizá ya era mediodía, intentó levantarse sin despertar al otro, pero falló.Adrián sentía su cabeza más grande que el planeta tierra, pretendió abrir los ojos, pero la claridad fue como espinas, obligándolo a cerrarlos inmediatamente y un dolor punzante se instaló en toda su cabeza.— Tú no estás bien, bebiste mucho ayer, te traeré un analgésico y algo para comer.Adrián se incorporó llevando sus manos a la cabeza, con esfuerzo trata de pensar que pasó anoche después de beberse dos botellas del mejor soju coreano que tenía en su bar, no es de extrañar que ahora se sienta como un despojo humano. Él estaba desnudo y Victoria tenía puesto un kimono sin nada debajo, entonces no había que ser muy astuto para saber qué pasó.Ella de regr
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