Capítulo 54. Una mujer hermosa
Arya escuchaba el llanto y los gritos desgarradores de Grimm, los sollozos de su madre, sentía la angustia de su padre, mientras ella se sentía vacía, hueca, se golpeó el pecho, pulsaba su corazón para comprobar si aún seguía latiendo, pero ella no sentía nada.Aunque sus ojos se anegaron de lágrimas, ella no les permitió caer. Sentía sus pies como atados al suelo, tenía una sensación de irrealidad, como si ese cuerpo no fuera suyo, quiso hablar, pero de su garganta no salía ni el mínimo ruido, le parecía todo ajeno a ella. A su mente le costaba asimilar la situación, John estaba muerto, y ella no estaba triste, no la invadió el dolor que una pareja destinada debe sentir al saber que uno está muerto. «¡¿Qué me está pasando?! ¿Por qué me siento así?», ella no se dio cuenta de cuando se había convertido de nuevo en humana, ni tampoco cuándo, ni quién le puso la capa que cargaba encima, negó con la cabeza sintiéndose confusa, intentó contactar a su loba, a Rada para pedirle una respue
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