Siento que el día de mi cumpleaños fue eterno, mientras más lo pienso, más lo confirmo. Es que me pasaron tantas cosas en un solo día. Las locuras de Thomas al seguirme, Frank y su sorpresa del brunch, mi adorado Sebastián y sus charlas, mis debates sentimentales, la exhibición, los abuelos de Thomas, Johan y su regalo, mi pastel de cumpleaños, mis amigos y sus sorpresas yendo a un bar, para finalizar mi noche en los brazos de Thomas. Uff... ¿Acaso algo me faltó? Sí, mi tristeza al pensar que Thomas me había plantado después de su llamada en medio de la exhibición. Suspiro ante el recuerdo, ya que fuí un desastre después de eso. No pude parar de tomar al sentir que él me había plantado. Si lo hubiera hecho, en dado caso, me lo merecía pues temprano en la mañana, lo lastimé demás al ser demasiado sincera con él y decirle que no lo amo y que era solo un niño. Ahora, ante eso último y después de lo vivido, ya no pienso lo mismo. Por supuesto, que de niño no tiene nada más que la ed
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