Sasha estaba en Central Park sentado en un banco con su libro de bocetos, observando a un hombre que tocaba un violín al lado de una fuente. Él intentaba dibujar a alguien y eligió aquel hombre que parecía estar tan solitario al igual que él. Tenía la necesidad de hacerlo para demostrarse a sí mismo que Sol no era tan especial, ya que él solo había dibujado dos personas en su vida, Sol y Estrella, porque siempre le había costado reflejar en sus cuadros lo que para él era lo más importante de una persona, el alma.Dibujar a Sol le había resultado fácil y podía hacerlo durante horas porque no solamente podía ver su alma, sino también se había enamorado perdidamente de ella, pero Sasha estaba dispuesto a olvidarla, dejar atrás sus recuerdos, sus mentiras y su traición.Sasha estaba tan perdido en sus pensamientos que tardó en darse cuenta de que su teléfono móvil estaba sonando y cuando vio quien era contestó de inmediato.–¡¡Harris!! –Contestó al teléfono con ansiedad esperando una buen
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