—¿Una prueba de paternidad? No la necesito, Sara, Asad es tan parecido a nosotros que no cabe otra posibilidad. Además, si en este momento me enterara de que no es mi hijo biológico nada cambiaría, lo quiero y él me quiere a mí, para él soy su padre y él es mi hijo. Sara lo miró con una mezcla de alivio y agradecimiento.—Gracias, Rashad, Asad te ama y se le partiría el corazón si desaparecieras de su vida.—No hay nada que agradecer, Sara. Por favor, háblame de lo que pasó después de que te sacaron de la cárcel.—Escuché a Omar hablar con el comandante de la policía, se hizo pasar por mi hermano, y se inventó una historia de que tú habías muerto y yo había perdido un bebé. Que enloquecida de dolor me había escapado de la vigilancia de mi madre, que solo hablaba de ir a buscar a mi esposo, no era una vagabunda ni una prostituta solo una mujer rota por la tristeza. Al final pidió perdón por mi afrenta y ofreció un gran soborno para resarcir el daño, el comandante aceptó, aunq
Leer más