—¿Ella…esta…Melissa se soltó del agarré del vizconde y se dio un paso hacia atrás, las lágrimas surcaban toda su cara.—Si — asintió — Ella está embarazada de usted.—¿Por qué nunca me lo dijo?—¿Será por las humillaciones a las que la hizo pasar? Principalmente trayendo a su amante, mi niña no quería decirle sobre su embarazo por temor a que creyera que no sería de usted.Carl no decía absolutamente nada, únicamente se quedó ahí, en medio de la habitación con la mirada perdida. La doncella de Anastasia en algo tenía razón, había sido un completo error dejar a Amara Bianchi hospedarse con ellos, pero no podía culparla del todo, ya que sin duda él era el más responsable en todo esto.Melissa se acercó a él lo suficiente para que pudiera sentir su aliento.—Cuando se dé cuenta de lo injusto que fue con ella, será muy tarde milord — dijo segura de sus palabras — La habrá perdido para siempre.Dicho esto, la mujer dio media vuelta y salió disparada de la habitación, si su niña ya no se e
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