John sintió que unas manos suaves y delicadas acariciaban su cuerpo y supo que estás eran las de una mujer quien lo apretaba fuerte contra su cuerpo, él pudo oler el aroma fresco que desprendía su cuerpo. El cuerpo caliente de la mujer, aunque era delgado, cubrió de temperatura al suyo también, los labios de ella cayeron entre su cuello, un beso tras otro iba bajando hacia su pecho. John despertó completamente gracias a los besos y caricias de Julia, el forcejeo con ella y estuvo a punto de quitársela de encima, pero no lo hizo porque recordó que no estaba en su casa, ni en la de su amigo, si no en la mansión de su futura esposa y supuso que era ella. -Próximamente serás mi esposa y tendrás derecho a que te complazca, pero eso aún no pasa. -Eso es correcto, pero creo que, yo ya he pagado por esto -dijo la mujer de manera fría, provocando q John sintiera algo de coraje y pena a la vez, al pensar que él se había vendido a ella como si se prostituyera y ese sentimiento a él no le
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