― Porque estas peleando conmigo todo el tiempo ― estampo su pie en el suelo de mármol. ― Tú y yo podríamos estar bien, pero cada vez que nos acercamos, me excluyes sin razón. Te niegas a dejarme entrar. ¿De que tienes tanto miedo? ¿No crees que mereces ser feliz?Maldijo por lo bajo y la atrajo a sus brazos, llevándola contra su cuerpo.―No puedo ser feliz contigo, Zaria. Las circunstancias lo hacen imposible. Cuanto más te deseo, más culpa siento. Estas en mi sangre y en mi mente y, sin embargo, no puedo verte sin verte con él, sin verlos a los dos. Él era mi propio hermano, y sé que, si estuviera aquí, lo habrías elegido. Tú lo elegiste.―Él fue elegido para mi ― dijo en voz baja, sus palabras hicieron que su corazón tropezara un poco.―Eso es irrelevante. Dada la elección entre él y yo, siempre lo habrías elegido, ¿No es así?Estaba tan callada, tan quieta, como congelada en el tiempo, dividida entre el amor, la lealtad y esta vida en la que se encontraba.―No respondas ― gruño, dá
Leer más