21. Vamos a divorciarnos
Elissa sabía que estaba en casa, cuando los brazos de su familia la rodearon fuerte y amorosamente. Tuvo que contenerse para no soltar una sola lágrima; no pensaba arruinar tan emotivo encuentro, no justo ahora. Al llegar a Londres, ni quiera las mejores vistas le hicieron voltear una segunda vez a mirar, de hecho, casi no recordaba nada, porque se la pasó con la mente en blanco, únicamente quería llegar hasta su madre y abrazarla, ver que estaba bien.—No saben cuánto me alegro de que estén aquí, y que mamá ya se vea tan sana —anunció Elissa, saliendo del abrazo grupal para mirarlos a todos. Oliver se había quedado un tanto relegado fuera del cuarto, dándoles privacidad.—Yo más, mi amor. ¿Por qué no entró tu amigo? —preguntó su padre, Rogelio.Samantha y Elissa se miraron rápidamente, ambas con una pregunta implícita en los ojos: “¿Cómo le decimos?", lo claro es que quien tenía que darles la noticia era ella misma, así que suspiró y miró con firmeza a sus padres.—Escuchen, hay algo
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