26. INOCENCIA
Capítulo veintiséis: Inocencia*Narra Maia Miller*Deposito a la bebé en su cuna una vez se queda dormida. Pierdo la noción del tiempo contemplándola como lela, rememorando cada instante desde que supe de su existencia, hasta ayer al verla en el mismo espacio que Bruce. Una lágrima cae sin poder evitarlo y, de buenas a primeras, comienzo a llorar en silencio sin parar. ¿Qué he hecho? Las cosas se me enredan cada vez más y yo, como una estúpida, siempre tomo el camino más retorcido. «No merece saberlo», me convenzo. Sin embargo, al recordar su desesperación por el abuelo y... lo que hicimos en la Mansión Collins, mis cimientos tiemblan. Me entregué a la pasión, me rendí ante él y en respuesta, me hizo suya con un esmero y una dedicación abrumadora. Se sintió como... nuestra primera vez. —Soy un desastre, Brooke —suelto entre hipidos—. Perdóname, pequeña. Hallaré una solución —me acerco a besar su mejilla—, lo prometo. Me llevo el intercomunicador y sin detenerme a pensarlo dos ve
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