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Todos los capítulos de Una cita con el CEO : Capítulo 51 - Capítulo 60
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Segundo libro: Capítulo 6.
CAPÍTULO 6: MADRUGADA.El tiempo se resbaló de ellos lo suficientemente rápido como para que ambos perdieran la cuenta de los minutos que habían permanecido acariciando sus labios con suavidad. Las manos de Emma enroscadas en el cuello del rubio, el perfume de Liam deslizándose por sus fosas nasales, el cálido contacto de ambos, por un instante ocasionó que Emma se volviera ajena a la realidad, por todo el tiempo que perduró aquel suave beso, ella solo pudo detenerse a pensar en la dulzura de aquellos labios masculinos.Liam liberó un frío suspiro cuando aquel beso se rompió: había sido la sensación más pura que había experimentado en todos sus años de vida, tan especial, que si intentara describirla, no lo consiguiera con mucha facilidad, suave como acariciar el cielo.—Lo siento —se le ocurrió decir al rubio, aunque ella había sido quien básicamente lo había besado, Liam sentía que había sido él quien había puesto la presión para que aquella ocurriera, y era que, no había podido con
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Segundo libro: Capítulo 7.
CAPÍTULO 7: ¿QUÉ ES LO QUE SIENTES POR MÍ?Un suspiro se escuchó desde la otra línea, Sofía se removió en su lugar, podía casi adivinar la expresión que Emma tendría en su rostro: una mezcla de miedo, confusión, y quizás ternura, la conocía muy bien.—¿De quién se trata?—De Liam —susurró Emma, sabía que el rubio estaba dormido, pero por alguna razón, no quería que él la escuchara, aunque era muy poco probable—. Del hombre que me trajo a donde estoy.Sofía suspiró una vez más desde la otra línea; no conocía en absoluto a aquel hombre, y el hecho de que Emma la llamara, significaba que quería un consejo, pero ¿cómo darle un consejo sobre alguien que no conocía en absoluto? No quería que su amiga saliera lastimada, porque sabía que continuaba doliéndole lo que sea que le había hecho Leonardo.—¿Desde hace cuánto tiempo te gusta? —pensó en preguntar Sofía, tal vez se trataba de un simple capricho, pero cuando escuchó a Emma diciendo que se conocían desde hace mucho tiempo y que habían in
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Segundo libro: Capítulo 8.
CAPÍTULO 8: TE LO PROMETO.Lo había pensado durante casi dos días completos, y aunque sabía que representaba un peligro —uno que no conocía del todo, pero suponía que era grande—, Emma había decidido regresar al estado en donde vivía, de manera temporal, muy corta, menos de una semana. La noticia de que la casa de su madre había sido asaltada y sus pertenencias rotas, no le habían permitido concebir paz, sabía que no era lo más adecuado, especialmente porque era probable que su madre llamara a Leonardo, pero tenía que hacerlo, verla, preguntarle como estaba; por aquella razón, había viajado de regreso al lugar en donde sus recuerdos la embestían con más fuerza, Liam la había acompañado, ambos le habían brindado el apoyo a su madre, que parecía mucho más preocupada de que Emma regresara con Leonardo, que de la condición de su casa o de su propia seguridad, o de quien había estado atrás del ataque que se había ejercido cuando ella ni su esposo no estaban allí."Él está desesperado por t
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Segundo libro: Capítulo 9.
CAPÍTULO 9: LA MARCA DE LEONARDO – PARTE I.Cuando la noticia de que Leonardo White había intentado acabar con su vida había llegado a los medios, nadie la había terminado de creer, ni siquiera su padre, quien, por segunda vez, se enteraba de que la vida de su hijo corría peligro, vía de la presa. Había sido su sirvienta —quien había ido a buscar el resto de sus pertenencias— que había descubierto el largo y musculoso cuerpo del rubio, arrojado en el suelo de su habitación, con un frasco de pastillas abierto, y sus ojos bien cerrados.Los doctores habían dicho que un minuto más de retraso, y Leonardo había terminado muerto. Las razones de los actos de Leonardo, no las sabía nadie, solo su mucama, y luego su padre; cuando había encontrado el cuerpo casi sin vida de Leonardo, también había encontrado una nota que el hombre había escrito, una que se le había sido entregada al padre del rubio. "Tienes prohibido decirle algo de esto a la presa", le advirtió el hombre a la mujer de limpieza
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Segundo libro: Capítulo 10.
CAPÍTULO 10: LA MARCA DE LEONARDO – PARTE II.El grito que se desprendió de los labios de Emma, alertó a Liam, quien de inmediato se colocó de pie, corriendo hacia la puerta, intentando abrirla, pero percatándose de que Emma le había puesto seguro.—¡Emma! —la llamó, pero la única respuesta que recibió, fueron unos agitados gritos de histeria por parte de la muchacha, que intentaba colocarse de pie, solo para volver a caer, la fuerza de cada una de sus extremidades había dado fecha de fallecimiento; con sus ojos enrojecidos por las lágrimas, miró al espejo, observó su estómago, sintiendo un fuerte punzón en su pecho al saber que ahí dentro había una vida, y que el padre de aquella vida, había sido nada más y nada menos que el hombre del que había tenido que huir, de un desequilibrado, de alguien del cual tenía que mantenerse lejos, de alguien a quien le temía.Aquellos pensamientos, fueron los que desataron el ataque de pánico en la muchacha."Respira de manera pausada cuando tengas u
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Segundo libro: Capítulo 11.
CAPÍTULO 11: CUENTO DE HADAS.Nunca se había imaginado a sí misma preocupada por la salud de alguien más que residía en su interior, tal vez porque en realidad jamás se había visto a sí misma embarazada de absolutamente nadie; de hecho, aunque estaba en contra del aborto, nunca le había parecido demasiado atractiva la idea de tener hijos, a Leonardo si parecía gustarle demasiado, Emma seguía sin comprender como había quedado embarazada de él, y temía que aquella duda jamás sería esclarecida, de todas formas, con la duda esclarecida o no, una vida seguía desarrollándose en su estómago, casi plano, a pesar de que luego de Liam le insistiera demasiado, ella había ido a un doctor, el cual le había dicho que tenía casi cinco meses de embarazo, de aquella fecha, habían transcurrido casi cuatro meses más, llenos de nauseas, dolores de cabeza, mal humor, exigencias, antojos, insomnio, debilidad, y niveles altos de azúcar en la sangre; Emma había hecho lo que nunca en su vida: ir al médico co
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Tercera parte: Prólogo.
TERCER LIBRO: PRÓLOGO.Emma jamás había creído en que el tiempo curaba alguna herida, sin embargo, se había tenido que tragar sus propias creencias, porque el tiempo, no solo había sanado su corazón, también había sanado toda su vida. Desde enseñarle que ser madre no era la peor cosa que podía haberle pasado —como había creído durante el primer año teniendo a la bebé entre sus brazos—, hasta abrir su corazón una vez más, al único que creía que podía amar otra vez: a Liam; le había costado confiar en alguien de nuevo, confiar de verdad como para poner su corazón en las manos de esa persona, pero lo había conseguido.A Emma nunca le habían gustado demasiado los cuentos de hadas, pero sentía que su vida se había transformado en uno, a veces dudaba que tanta perfección, pudiera ser posible, o duradera: una bebé que Liam le había ayudado a criar como si fuera suya, una bebé con la que paseaban por todos los lugares, con la que habían ido de un estado al otro, bien abrigada, siempre sosteni
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Tercer libro: Capítulo 1.
CAPÍTULO 1: DUEÑO DE TUS LÁGRIMAS.Emma tembló como jamás creía haberlo hecho en toda su existencia. El pavor que le recorrió cada parte del cuerpo, fue violento e incluso, doloroso. Sintió como de repente sus extremidades, además de perder todo el vigor, se entumecían, como si su cuerpo le pedía que corriera, pero por alguna razón, ella no podía hacerlo, perdió todo el color del rostro, sus labios empezaron a palpitar, en un impulso, retrocedió, alejándose de él.Cinco años… y de nuevo, de nuevo aparecía, en el mejor momento de su vida. La felicidad era algo que jamás le había pertenecido.Un nudo en la garganta se creó en Emma, retrocedió una vez más, por alguna razón, sintió repentinos deseos de llorar, porque sabía que la aparición de Leonardo White en su casa, luego de haber sido un fantasma por casi la mitad de una década, era la peor noticia jamás recibida, sabía que aquello, solo podía representar cosas negativas, y aquella era la razón por la que temblaba tanto.Las amenazas
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Tercer libro: Capítulo 2.
CAPÍTULO 2: NOCHE.La oscuridad era tan profunda que le resultaba imposible ver sus propias manos. Leonardo había vagado por toda aquella ciudad buscando conocerla, era la una de la madrugada, la calle estaba igual de vacía que su corazón cuando Emma se había ido de su vida, el frío era su acompañante, a pesar de que usaba un grueso abrigo que había comprado en una tienda local. Había encontrado la manera de acechar la casa en donde Emma vivía con Liam desde la distancia, por eso había dado vueltas por todo el sitio, intentando ver algo. No sabía precisamente qué cosa, pero intentaba verla a ella, se conformaba en aquel instante con acecharla desde su auto, pero sabía que pronto querría más cercanía con ella, habían sido cinco años, demasiado tiempo para que él no se encontrara profundamente desesperado, había sido solo un hilo de cordura que había evitado que él la follara en su misma cocina, pero sentía que ese hilo se desvanecería muy pronto.Leonardo elevó sus ojos hacia la ventan
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Tercer libro: Capítulo 3.
CAPÍTULO 3: DINERO.El rostro de Liam se cubrió de una oscuridad a la que Emma no estaba acostumbrada, una que jamás había visto.El rubio no quiso mostrarse relajado, no quiso fingir que la presencia de Leonardo no le perturbaba, muy al contrario de aquello, dio un firme paso hacia adelante.—Lárgate de mi casa. —La voz de Liam sonó serena, pero al mismo tiempo, cargada de una agresividad que casi golpeó al otro rubio en el rostro.—No fue a ti a quien vine a verte —escupió Leonardo, entrando a la casa, pero no pudiendo dar un paso más hacia adelante, porque Liam se lo evitó; ambos eran igual de fornidos, una pelea física podría tener lugar entre ellos, y nadie sería capaz de adivinar quien ganaría—. Quítate de en medio.Liam apretó sus puños, empujando bruscamente a Leonardo, ocasionando que este retrocediera.—¡Lárgate de aquí antes de que llame a la policía!—Lo supuse, llamarías a la policía, justo como esa vez hace cinco años en la que fuiste tan cobarde que solo llamando a la p
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