Corría una brisa fría mientras caminaba por las hermosas calles de Nueva York, tiendas llenas, el olor a galletas de jengibre, niños corriendo de un lado a otro con sus trineos o saliendo contentos de las jugueterías, resumiendo todo, un ambiente feliz. La Navidad estaba cerca, mi fecha favorita del año, amaba ver los adornos navideños por todos lados, especialmente el árbol gigante que ponen en el Rockefeller Center, la ceremonia cuando lo encienden es increíble. Amaba cualquier estación del año, pero si me pondrían a elegir definitivamente elegiría el frío, ¿por qué? La respuesta era simple, podía quedarme en mi habitación haciendo una maratón de mi serie favorita sin que mis padres me reprochen que no salgo de casa, claro, como si ellos me dejaran salir cuando les pido permiso, las únicas veces que he podido salir a alguna fiesta es porque mi único y mejor amigo Lucas ha intervenido. Mis padres lo aman. Entré a Starbucks, el olor a café inundó mis fosas nasales, al observar a mi a
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