Fabrizio estaba solo en la habitación, tenía cerrado los ojos y parecía que estaba dormido, de pronto una mujer de cabello oscuro entró, caminó despacio para no hacer ruido y se acercó a la cama, se paró a un lado y se quedó observándolo, Fabrizio se apercibió y abrió los ojos, de inmediato se dio cuenta que se trataba de Mariangel que se valió de un disfraz para ingresar sin que nadie lo notara.—¡Mariangel! —Ella sonrió y se quitó la peluca que llevaba puesta.—Si, soy yo, ¿creíste que no vendría a verte después que estuviste a punto de morir?—¿A qué has venido? no deberías estar aquí, Lorenna puede llegar en cualquier momento.—Y tú no deberías temerle, yo no le tengo miedo — ¿No te basta con todo el daño que ya le hiciste?—Tu me lo hiciste a mí y no te importó, me utilizaste, luego me desechaste como un despojo, ¿Piensas que no tengo sentimientos? ¿Que no sufro tanto como ella? —Mariangel, las cosas siempre estuvieron claras entre tú y yo, por favor entiendelo. —Eres tan par
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