...¡Eduard!... ¡Eduard!... por aquí. ¡Tienes que perseguirme!... ¡Tienes que venir conmigo! Solo a mi lado estarás completo, solo conmigo serás feliz, solo a mi lado volverá a ser tu...Abro los ojos exaltado como cada día. Maldigo tan amargado como siempre. « Maite, Maite, Maite». A penas tres de la mañana y estoy despierto «Debe ser un nuevo récord»; otra vez el mismo sueño mordaz, el mismo triste canto de sirena. La exacta e inconclusa melodía inefable, el mismo llamado. Es Maite quien me llama, lo sé...Comprendí que aún después de muerta es la única mujer capaz de darme la paz y el sosiego que necesito... solo muerto volveré a ser quien era. Las olas del océano chocan contra los acantilados que bordean la casa real, pero no me arrullan. Solo me llaman a cometer la peor de las locuras... así se terminaría de una vez toda esta maldita pesadilla que comenzó el día que los resultados de aquellos análisis fueron «Positivos».Dos horas de gimnasio deberían ser capaz de borrarme las
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