—Señorita Charlotte, yo…Charlotte no lo dejó aproximarse ni un centímetro más y corrió de vuelta a la sala, de donde provenían los gritos de felicidad y euforia. Su amiga brincaba de alegría, como si fuera una niña. Ella se aproxima a su encuentro, la aprieta entre sus brazos con fuerza gritando que Wilfred le acaba de proponer matrimonio. Charlotte no sale de su asombro, solo mira a Wilfred y él está ahí parado sonriendo con naturalidad. No se ve como un hombre que está feliz por su compromiso, se veía muy.. normal. Claro no le podía decir esto a Dalin en esos momentos, incluso ya estaba a punto de llorar, es testigo de lo enamorada que está su amiga de Wilfred y de seguro se debe sentir como en un cuento de hadas, porque solo en ellos, alguien con un buen título se fijaría en un campesino.—¿No estás feliz por mi noticia?Pregunta al alejarse de su amiga, se le había hecho extraño no oír ni una sola palabra, además de que no se veía nada contenta, tampoco se veía molesta ¿Entonces
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