Desperté, un día más en la hermosa ciudad de Paris, Francia, lo mejor hubiera sido despertar por el olor a pan recién hecho o algunas campanas de alguna bella iglesia, pero no, en vez de eso soy despertada gracias los gritos de Max, estoy sobresaltada, abro los ojos en un segundo y los busco por la habitación con la mirada, puedo verlo en el balcón, luce apurado con el teléfono en su oreja, hecha unos gritos más al aire y solo entra para guardar cosas en su maleta, veo el reloj de mi teléfono, las tres de la madrugada, Max ha colgado el teléfono ahora y yo estoy más desconcertada que nunca.- Nos tenemos que ir, Lucas está en el hospital- tan sólo con oír esas palabras mi angustia crece, tomo las bolsas de ropa que había comprado y saco las prendas para ponerlas en una sola.- En mi maleta hay espació para tus cosas- asiento sin más para comenzar a empacar, tan sólo cinco minutos nos toma para tener nuestras cosas listas y cambiarnos, bajamos al living apurados donde unos señores de t
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