Cap. 23 De repente ya no te recuerdo
“Mi esposa es Astrid, creo que el que se volvió loco eres tú”. Edward estaba recostado en el campamento cuando comenzó a retorcerse en la cama escuchando susurros que decían: “Edward… Edward… no te olvides de mí… soy tu esposa Astrid”. —No… Acsa, Acsa… “Pronto ella va a quedar en el olvido… Y vendrás a mí…” La veía en su cama acariciando su cuerpo, besando su cuello, percibía su perfume… su aliento… Edward estaba luchando por despertar, pero era tan real que de repente se vio en la cama con Astrid teniendo relaciones. El camino a Adres Gerald iba con su morral y un palo que usaba como bastón e iba adentrándose a zonas desconocidas. Observaba lo maravilloso que era poder alejarse de su opresor; cuando llegó hacia una bifurcación consultó el mapa y vio que debía tomar por la derecha y eso hizo. Se topó con Decameron de tonos azules, rosadas, rojas, naranjas, blancas y eso le daba al paisaje un encanto especial; grandes árboles circundaban la zona fue cubierto por sombra y allí, en
Leer más