Los días de espera culminaron, Samara estaba ansiosa por la llegada de Sophie, y ese día se levantó muy temprano, para colocarse un vestido de flores, bonito, y una sandalia estilo romano, ya que su pie aún estaba recuperándose. Aunque ya podía caminar. A pesar del ansia de Samara, y de la magnitud en como extrañaba al abuelo, prefirió silenciar su teléfono, y dejarlo hasta que se descargara, ya que Sophie se había comunicado los últimos días por el teléfono local de la casa. Aunque le parecía extraño que el día de ayer, no lo hubiese hecho en todo el día. Básicamente, se había cumplido los tres días de espera, y ella solo deseaba saber, qué iba a hacer a continuación con su vida, o si Sophie la ayudaría a irse de este país cuando antes. Ella bajó a desayunar, y compartió alguna información con Marta, con respecto a que los Walton ya estaban de camino a casa. Eran las diez de la mañana cuando las puertas se abrieron por el mayordomo, y Samara se levantó del sofá con un libro en la
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