―Ya que estás listo, ¿podemos hablar?La voz de Nohemi rompió el embrujo, Zeke tragó saliva y apretó las mandíbulas. Se sentó al borde de la cama, le dio un golpecito al colchón, invitando a la pelirroja a sentarse a su lado. Ella lo hizo, estaba tan cerca que sus piernas se tocaban, y el perfume natural de Nohemi lo embriagaba.Él tomó un par de inspiraciones para poder concentrarse, el tema no era tan malo en sí, sin embargo, Zeke temía que las implicaciones del mismo solo sirviesen para alimentar los traumas de Nohemi.―Sabes… ―empezó a hablar, su voz grave sonaba placentera al oído y la cadencia lenta era seductora―, nuestras familias han estado conectadas desde varias generaciones atrás… incluso podríamos pensar que, después de todo, tú y yo estábamos destinados a estar juntos.―Eso suena muy romántico ―dijo ella, sonriendo de medio lado. Descansó la cabeza sobre el hombro de Zeke, un gesto íntimo que logró aliviar un poco el estado emocional del hombre―. Pero, ¿eso qué tiene que
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