Karen revisó una vez más el correo que le había llegado sobre su nuevo paciente. Habían llegado en el lugar indicado, daban ya las seis, se bajó del auto y Christian también. Éste se acercó a abrir el maletero y sacó de él su bolsa, ella lo tomó.—Cuando termines avísame, estaré cerca, vendré a recogerte.—De acuerdo. —Dijo aceptando el beso que él la estaba dando.Se despidieron y se separaron. A ella le llegó una llamada de Ivonne mientras se acercaba al edificio.—Hola Ivonne. —la saludó.—Hola, desaparecida. ¿Cómo estás? Espero no estar interrumpiendo algo.—No exactamente, estoy a punto de asistir a un paciente.—¿A esta hora? Pensé que sería en la mañana.—Hubo un cambio de planes, cortesía de Noha, creo que lo hace adrede, intenta volverme loca.—No me lo puedo creer, ¿estará bien el pobre? Nunca había actuado así.—¿Todavía crees que tiene justificación? —escuchó cómo suspiraba al otro lado.—Está bien, tienes razón, dejaré de justificarlo. Dime, ¿te tomará mucho tiempo?—No m
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