Kisha.No podía creer que él hubiera vuelto, después de tres años de abandono, después de lo que ella había sufrido y él no estuvo ahí para protegerla. Volvió, con aquella sonrisa que lograba derretir a la Kisha de 16 años que dejó sin mirar atrás. Furia la recorría, rememorando la sonrisa que le dedicó creyendo que al volver se encontraría con una mujer dulce entre nubes de algodón.Que se jodiera, la niña dulce ya no existía, simplemente se encontraban los vestigios de una mujer a la que le habían arrancado todo.Despertó temprano, como era costumbre, tomó una ducha sintiendo como la casa entera aún dormía.Cuando estuvo vestida bajo las escaleras con rapidez dirigiéndose a la cocina, tenía que ir al casino, supervisar los movimientos, contactar a algunos de sus espías para que le contaran cual había sido la reacción de Lombardi al recibir su hermoso presente de carne.Estaba sonriendo con sadismo cuando llegó al umbral de la cocina, parándose de golpe.Dentro ya se encontraban tres
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