Amaneció un nuevo día, Diego se fue muy temprano a buscar trabajo, Guadalupe llegó poco después, Rebeka veía tutoriales de cocina, era su deseo guardarle algo preparado a Diego y demostrarle que no era una inutil, sin embargo, la amistad con Guadalupe resultó ser de provecho para ambas ya que Rebeka le enseñaba a leer y escribir y Guadalupe la enseñaba a cocinar, aunque la chiquilla no sabía mucho tampoco, sin embargo a la hora del almuerzo tuvieron preparado un arroz muy pegajoso con frijoles enlatados, en cuanto Diego llegó, los tres se sentaron a comer, Guadalupe en el piso con las piernas cruzadas porque no había otra silla, devoró su plato, Diego comía, pero sin dejar de ver como Rebeka movía el tenedor en el plato y se obligaba a comer mientras correspondía a la cháchara incansable de Guadalupe, él se hizo el desentendido, que podía decirle, un dolor le atravesó su corazón como un puñal, lo honorable era regresar a Rebeka con su familia y él huir, él estaba acostumbrado a la
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