Inicio / Romántica / Antes de mi decisión / Capítulo 51 - Capítulo 56
Todos los capítulos de Antes de mi decisión: Capítulo 51 - Capítulo 56
56 chapters
Capítulo 51. Entre el viento y la sequía.
Habían pasado 2 días más y Sofía y Jamilet no daban ninguna señal. No podía evitar sentirme preocupado por ellas. La angustia en mi pecho comenzaba a crecer constantemente y más al recordar que ahora tenía un enemigo que posiblemente había transformado todo su amor en odio. Clara podía ser la persona más dulce si así lo deseaba, pero igual podía ser la persona más despiadada de quererlo. Las enfermeras me habían dado el alta y Francisco había llegado a recogerme, se había empeñado en hacer de mi guarda espaldas mientras la sociedad daba el siguiente paso a la fase 3. Una camioneta se nos atravesó cuando nos dirigíamos camino a mi casa y supe que se trataba de Damián. Nos siguió muy de cerca todo el camino. –No entiendo que has venido a hacer aquí, te has vuelto tan idiota que todo mundo sabe tu rutina –comentó Damián en un tono de molestia–. –Cállate, no es necesario que le hables así– interrumpió Francisco–. –No te atrevas a tocarme de nuevo, mugriento –dijo Damián mientras levan
Leer más
Capítulo 52. Debo deducirlo.
Damián y Francisco se encargaron de buscar a Jamilet, según lo que cuentan, la encontraron en un camino poco poblado y con una suciedad que limpiarlo sería una ofensa a los utensilios. Logré verla después de que ellos la limpiaran y le detuvieran el sangrado. Decidieron llevarla a una de las casas seguras de Damián, a la que también decidieron llevarme a mí. Por cuestiones de seguridad, debía estar lo más alejado posible de la ciudad. Verla tendida en la cama me hizo recordar la vez en que vi a Elena morir en mis brazos. Su cuerpo frío y su color pálido, me hicieron revivir ese momento. Me acerqué a ella y sus manos estaban heladas. Me senté en una silla junto a su cama y posé mi frente en su mano. Sentí como el calor de mis lágrimas comenzaba a deslizarse desde mis ojos hasta mi mentón. No podía decir nada, tan solo me quedé llorando, quizás mantenía la esperanza que mis lágrimas mejoraran su estado. –Teo –hemos encontrado al responsable– comentó Francisco–.Le di un beso a la mano
Leer más
Capítulo 53. Motivos irreales.
Recordar ese momento en que me hice la pregunta sobre si realmente amaba a Elena fue lo peor de ese momento, si quería torturarme esa era la mejor forma de hacerlo. Ese día reflexioné mucho sobre mis sentimientos por Elena, quería decir que sí la amaba con todo mi corazón y que haría cualquier cosa por ella, pero mi subconsciente sin dudarlo salía a defender su honor y me hacía preguntarme, ¿Porqué no enfrentas a tu familia?Dejé a un lado el tema de Elena y recordé lo primero que Damián me había dicho sobre Jamilet. –Es el tipo de mujer que quiero en mi vida, alguien decidida y sin miedo a tomar decisiones. Me encanta esa mujer–.–Ya lo creo. ¿Estás seguro de que podrías tener algo con ella? Es decir, no lo pregunto por ti, sino por ella–. –Lo intentaría de igual manera–.–Sí que estás enamorado–. –Es uno de los mejores sentimientos Teo, deberías de experimentarlo–.–¡Paso! eso del romanticismo te lo dejo a ti–.Damián siempre fue muy dedicado a cada uno de sus objetivos y alejado
Leer más
Capítulo 54. Hechos inesperados.
–Mira estúpido, no tengo el deber absoluto de obedecerte o quedarme a esperar que me insultes como quieras, así que cuida tus palabras–dijo Francisco. –Francisco, no te he ofendido de ninguna manera y si lo que quieres es pelear, te sugiero que busques a otra persona, porque no tengo intención alguna de pelear con nadie. Agradece que te dejo pasar esto por el estado en que te encuentras, vete a dormir y olvidaré lo sucedido–dije–.Comencé a caminar. –No me dejes hablando solo infeliz–dijo Francisco, tomándome del brazo–.–Guarda tus palabras y tus acciones Francisco, no quiero iniciar una pelea contigo–.–No se trata de lo que quiera el niño bonito. ¿Cuándo podremos tomar decisiones por nuestra cuenta? Siempre debemos estar a la disposición de lo que esa absurda corte de protectores decida, no me parece para nada justo, ¡Es una estupidez! –Entonces renuncia, aquí nadie está obligado a quedarse o protegerme, si ustedes lo han hecho es por que han querido, yo ni siquiera sabía una mi
Leer más
Capítulo 55. Alma, espíritu y corazón
La reunión llevaba más de una hora y parecía no tener fin, se hablaba de todo, sobre como procederían a realizar mi aparición, sobre exponer a todos los que tuvieron que ver con la destrucción de la Monarquía y con la muerte de mi familia. En fin, todos en aquel lugar, tenían el objetivo de regresar a la antigua forma de gobierno. Al principio me parecía extraño que las personas desearan que los gobernara una sola familia en lugar de elegir a sus propios gobernantes, luego entendí que no sirve de nada elegir a una persona que solo se interese en el mismo y es lo que la mayoría de presidentes hacían. Solo velaban por su propio bienestar y el de sus seres más allegados, pero cuando se trataba de velar por el pueblo, no lograban hacerlo. –No podemos hacer eso o tendremos a toda la ciudad encima, la reunión debe ser decisiva para todo lo que vamos a hacer, debemos de mover las piezas sabiamente y evitar que las personas se vuelvan en nuestra contra, si imponemos a nuestro gobernante, no
Leer más
Capítulo 56. Fase A.
Me dirigí a mi habitación a pesar que mi padre me dijo que debía quedarme. Desde mi punto de vista, necesitaba mucho aire, antes de poder tomar una decisión con calma, era mucha información, muchas personas y nadie en quien confiar. Me acosté en la cama, esperando encontrar la tranquilidad que llevaba desaparecida por unas horas. –¿Es esto lo que querías? –preguntó Clara en mi habitación–La atención del público, la aprobación de todos, debe ser satisfactorio ver que todos aceptan lo que tu dices, que todos te obedezcan sin prejuicios–.–¿Qué haces aquí? –pregunté–.–He venido a ver a mi hermano en su día más importante–.–¿Tu hermano? Recuerdo que habías dicho que no éramos nada–dije–.–Es verdad, lo dije. Debo estar un poco drogada para fingir ser otra persona, no tomé mis pastillas–Clara estaba comentando cosas que yo ni siquiera entendía, quise preguntar, pero preferí callar. Era un monologo con ella misma que no entendí ni por un momento. Tan solo deseaba que saliera con bien de
Leer más