-No pongas resistencia- fue lo que le dijo el lobo contra su pido después de soltar el lóbulo que dejó húmedo y con algunas marcas de colmillos que la habían hecho gemir- Soy tu mate, tu alfa, tu lobo. El macho del que llevarás sus cachorros- las manos de él recorrían el cuerpo de ella de arriba abajo, de una forma algo dura, pero a la vez excitante. Su erección presionando entre las nalgas de ella- Acéptame, no me tengas miedo, no tiembles por mí- su tono era más de orden que de un pedido.Clara se mordió el labio inferior. Ella sabía de lo que el macho era capaz, ya lo había hecho antes, y aunque le había dicho sus excusas aún tenía miedo del futuro, de cómo la trataría, sin embargo, no era muy diferente a lo que estaba acostumbrada.-Ah- un gemido salió de sus labios cuando el cabello de ella fue corrido hacia un lado cayendo sobre la almohada como una pesada cascada y la lengua áspera del alfa lamió sobre su glándula, una zona erógena e igual de sensible que su interior. Sus manos
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