Lo que encontró Will al entrar a la celda fue un escenario bastante atípico y muy desagradable.No podía decir que estuviera de buen humor. La maldita pareja de su alfa lo había noqueado después de hacer todo un espectáculo. Como resultado, la había dejado escapar, al despertar se había encontrado con un muy furioso alfa que había salido corriendo, y por supuesto, él detrás de él, para llegar empapado, agitado y aun recuperándose a la celda. Y allí dentro encontró a dos machos a medio transformarse, con sus miradas doradas completamente reluciente, con un aura asesina que los rodeaba amenazadoramente, sus feromonas agresivas por doquier que incluso casi lo obligaban a salir de allí dentro, y entre los dos, pegada a la pared del fondo, temblando como si fuera una débil hoja indefensa, la loba destinada a ambos.Definitivamente eso no se veía todos los días, aunque recordando esta imagen se le hacía familiar a unos días atrás.-Por favor, cálmense- pidió Will entrando a la celda con cui
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