–Intentalo si quieres, pero no creo que seas capaz de ganar mi corazón después de lo que me hiciste, yo no confío en ti.–Siempre apuesto para ganar Kelly, y te puedo asegurar que no te voy a perder en ese juego. –La replicó Felipe y cuando vio como los labios de Kelly se abrían tan cerca de su boca no pensó en nada más, solo dejarse llevar por el intenso deseo de probarlos, entonces la besó con todas sus ganas y sin remordimientos.Kelly se perdió en ese beso que tanto había deseado probar desde que se habían conocido. Ella necesitaba su boca, tanto como él a la suya, o más. Se entregó a sus besos perdiendo completamente su capacidad de razonar, por la posesividad tan grande con la que Felipe devoraba su boca y como su cuerpo se entregaba a él sin que ella pudiera hacer nada a respeto.Sus labios parecían adorarla como si fuera una diosa, y todo lo que él provocaba en ella era motivo suficiente para olvidarse de los errores que había cometido, de cómo la había herido y hasta de su no
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