Elizabeth Western Durante la comida conversamos de todo un poco, los nervios por estar con él a solas, comiendo en un lugar elegante, me había distraído, y bastante. Habíamos terminado nuestros platos fuertes, lo que seguía era el postre. Su celular sonó y noté tensión en su rostro. ―Voy a contestar, ¿No te importa?―negué rápidamente. ―Contesta, por favor. ―pensé en su hija, que sufría de Leucemia, estaba al tanto de todo. ―Dime, Jo. ―contestó, su rostro se transformó, se levantó de un movimiento haciendo que me alertara de inmediato. ―Voy para allá. ―y luego colgó. ― ¿Qué ha pasado?―él se pasó una mano por su rostro y me miró. ―Alexa, está camino al hospital. ¿Podemos posponer el postre? Tengo que ir de inmediato. ―Vamos, yo te llevo, no puedes manejar en ese estado.―él dudó.―Y no es pregunta, Ezra. ―él asintió preocupado, luego fue a pagar y salimos del restaurante. Me dio las indicaciones de donde estaría, llamó por su celular y preguntó por el estado de su hija, estaba asust
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