Capítulo 46. Me quedo de brazos cruzados
El corazón de Ana Sofía estaba acelerado, tenía la sensación de que se le iba a salir por la boca del susto, cuando sintió que la sostuvieron se aferró a los brazos del hombre, aunque la impresión, el susto, el darse cuenta de que su madre no la auxilio y el dolor de los golpes que se hizo en el cuerpo antes de caer, la hizo estallar en lágrimas, ocultando su rostro en el cuello del hombre.—Tranquila señorita, no le pasó nada, está bien, todo quedó solo en un susto.Ana Sofía escuchó la voz del hombre y se avergonzó, al darse cuenta de que estaba en los brazos de un extraño y enseguida, hizo amago de bajarse, mas el hombre la sostenía con fuerza.—Gracias por atraparme, pero por favor, ya me puede liberar —pidió mortificada.—¿Y si no quiero? Dicen que lo que uno se consigue en el suelo es de uno y yo me la conseguí a punto de caer.Ana Sofía, por primera vez, giró su vista y fijo su atención en el hombre, era hermoso, alto, de buen cuerpo, de piel clara, nariz perfilada, sus ojos er
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