Isabella.Me derrumbé de nuevo, caí de rodillas, sollozando una vez más como si las lágrimas pudieran llevarse el dolor, como si pudieran borrar de un plumazo las mentiras, los engaños, el hecho de sentirme burlada por segunda vez.—Hija. —La hermana Alegria me sostuvo una vez más, me dejó llorar hasta que ya volví a calmarme, entre sus brazos regordetes y cálidos, me sentí en casa, ella siempre fue un refugio en medio de la ttormenta, solo que por esta ocasión los brazos de la hermana Alegria, no me reconfortaban, en mi interior aun sentía frío. Ella fue mi maestra en mi niñez, antes de la muerte de mis padres, despues de eso, mi tio Anthony se adueñóde mi vida y me cambió de escuela.Fue la razón por la cual fui tajante en que si mi pequeño niño tenía que internarse debía ser en esta escuela, porque nada se parecia más al hogar que en estas paredes, porque conocía los amorosos brazos de la hermana Alegria y sabía que nadie cuidaría a mi hijo como ella, a cambio, hice lo que Anthon
Leer más