Tyler. Tomé la servilleta secando el Chianti de mi rostro. «Déjala ir Tyler, déjala ir, es lo que Jameson Shields haría…». Pasé ambas manos por mi cabello, entre frustrado y conmocionado. ¡Joder con Isabella Stewart! Conté hasta tres, intentando volver a mí mismo. Sacando al pedazo de m****a que era Jameson, de mi sistema, una parte de mi conciencia me repetía que la dejara ir, la otra me suplicaba que fuera por ella y, por más que estuviera personificando a Jameson, en mi interior era Tyler y Tyler fue educado para cuidar de las mujeres, saqué un par de billetes de la cartera, lo suficiente para cubrir la comida y la propina de nuestro mesero, antes de salir del reservado y del local. Isabella caminaba por toda la acera, afortunadamente, trajeron el auto rápidamente, me subí al Ferrari y mientras conducía hacia ella, me dije mentalmente, que no me disculpara porque Shields no lo haría, pero la llevaría a su casa, aunque fuese lo último que hiciera. —Sube… —Su cuerpo completo se e
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