Nervios, alegría.Y un sin fin de emociones más que, al momento, no supe descifrarlas, invadieron todo mi cuerpo.Mi mente era todo un caos, no pensaba con claridad. Mis manos estaban sudorosas, toda yo lo estaba, y mi corazón con cada segundo que transcurría latía con más fuerza.Frente a mí, Erick seguía de rodillas esperando por mi respuesta, quise dársela y lo intente, pero mis labios se movieron y las palabras salían cortadas y atropelladas.Erick: Y entonces... — Dijo él ante mi silencio, y prosiguió; — ¿Qué me dices? ¿Aceptas? — Una sonrisa tierna se plasmó en su rostro al preguntar.— Erick... Yo... — Guarde silencio, frunciendo mis labios. Me giré, dándole la espalda y con mis dedos estrujé mis ojos los cuales empezaron a cristalizarse. — Oh Dios... — Murmuré, tomando una bocanada de aire.Erick: ¿Eso es un...? — lo escuché decir a mis espaldas, dejando la pregunta en el aire.— No... No sé qué decirte — Digo, finalmente.Erick: Puedes decirme que sí, preferiblemente, sí eso
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