Duncan parpadeó varias veces antes de abrir los ojos. Cuando lo logró y se adaptó al resplandor que llenaba la habitación de aspecto victoriano, el primer pensamiento que vino a su mente luego de recordar dónde estaba y qué había sucedido fue Leslie. Se incorporó de golpe, agradeciendo no estar atado, y se dirigió a la puerta de la lujosa y antigua habitación, la cuál se abrió con sorpresiva facilidad.Teniendo en cuenta que lo durmieron con una sustancia desconocida sin su consentimiento, habría esperado al menos estar encerrado o privado de libertad de alguna manera. Sin prestarle demasiada atención a los retratos colgando de las paredes de hombres, todos ellos Sir del clan MacAllister, se adelantó y bajó las escaleras para regresar al salón principal en el que había visto a Leslie, a Arthur y al mayordomo por última vez. Lo que encontró, sin embargo, hizo que se tensara. Había una mujer de alrededor de sesenta años de pie junto a otro retrato de Isobel y Graham MacAllister, esta ve
Leer más